
La primera prueba que el ciego somete a Lázaro ocurre cuando salen de Salamanca, en un puente.
Allí el ciego manda a Lázaro que acerque el oído a un toro de piedra para escuchar los rugidos, y el invidente le pega un porrazo contra él.
Esto le demuestra a Lázaro que tiene que aprender a valerse por sí mismo, y no confiar tanto en lo que le diga la gente. El ciego le demuestra que él no le puede dar objetos materiales, si no que él le enseñará a enfrentarse a los problemas de la vida. La opinión de Lázaro es que aunque su amo fuese ciego, le alumbró y le sirvió de guía en la carrera de vivir.
Allí el ciego manda a Lázaro que acerque el oído a un toro de piedra para escuchar los rugidos, y el invidente le pega un porrazo contra él.
Esto le demuestra a Lázaro que tiene que aprender a valerse por sí mismo, y no confiar tanto en lo que le diga la gente. El ciego le demuestra que él no le puede dar objetos materiales, si no que él le enseñará a enfrentarse a los problemas de la vida. La opinión de Lázaro es que aunque su amo fuese ciego, le alumbró y le sirvió de guía en la carrera de vivir.
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